Príncipe Alberto/Príncipe Azul
Por Antonio Arroyo Silva
A Matilde Arroyo Felipe, como a tantas mujeres canarias, al principio, no le fue bien en la vida. Su marido sin previo aviso emigró a Venezuela dejándola sola con dos hijas. Ya no se supo más de él. Como dice tía Matilde: ni soltera, ni casada, ni viuda. No podía depender de ninguna manera de otro hombre no sólo por sus propias creencias religiosas, sino por los tiempos que corrían de posguerra en que toda España se transformó en un reclinatorio.
Sin embargo, contra viento y marea, esta mujer palmera sacó a toda la familia adelante gracias a su trabajo de repostera. Primero, hacía los postres típicos de La Palma que aprendió de sus ancestros tiñéndolos con su imaginación y buena maña y se los regalaba a sus amigas, vecinos y parientes. Ante el éxito obtenido y la demanda subsiguiente decidió venderlos de casa en casa, cuando la escasez pecuniaria acuciaba y había que alimentar a sus hijas. Se le ocurrió la feliz idea de hacer una tarta casera a base de un postre canario elaborado con almendras, azúcar, miel y huevos con tiras sabrosas de sus excelentes bizcochones. De esta manera redescubrió y reinventó el bienmesabe hasta el punto de ser considerada la madre del mismo. Después llegaron los encargos de todos los restaurantes de la Isla y el Archipiélago. Así que sustituyó la cocina de gas y los calderos viejos pero únicos por toda una fábrica artesanal que instaló en su casa. Más tarde, allí mismo, puso una cafetería donde se pueden degustar las especialidades de Matilde: el queso de almendra, las rapaduras… pero lo que más demanda el público son el bienmesabe y el Príncipe Alberto.
Desde pequeño me llamaba la atención el nombre de éste último y siempre que le preguntaba se ponía colorada y reía con ese aire tan lleno de vida que la caracteriza. Más tarde, cuando fui mayor, me dijo que un día tiempo atrás había visto al príncipe Alberto de Mónaco y ese postre estaba más bueno que él. Gracia de mujer, alegría sana.
Sin embargo, contra viento y marea, esta mujer palmera sacó a toda la familia adelante gracias a su trabajo de repostera. Primero, hacía los postres típicos de La Palma que aprendió de sus ancestros tiñéndolos con su imaginación y buena maña y se los regalaba a sus amigas, vecinos y parientes. Ante el éxito obtenido y la demanda subsiguiente decidió venderlos de casa en casa, cuando la escasez pecuniaria acuciaba y había que alimentar a sus hijas. Se le ocurrió la feliz idea de hacer una tarta casera a base de un postre canario elaborado con almendras, azúcar, miel y huevos con tiras sabrosas de sus excelentes bizcochones. De esta manera redescubrió y reinventó el bienmesabe hasta el punto de ser considerada la madre del mismo. Después llegaron los encargos de todos los restaurantes de la Isla y el Archipiélago. Así que sustituyó la cocina de gas y los calderos viejos pero únicos por toda una fábrica artesanal que instaló en su casa. Más tarde, allí mismo, puso una cafetería donde se pueden degustar las especialidades de Matilde: el queso de almendra, las rapaduras… pero lo que más demanda el público son el bienmesabe y el Príncipe Alberto.
Desde pequeño me llamaba la atención el nombre de éste último y siempre que le preguntaba se ponía colorada y reía con ese aire tan lleno de vida que la caracteriza. Más tarde, cuando fui mayor, me dijo que un día tiempo atrás había visto al príncipe Alberto de Mónaco y ese postre estaba más bueno que él. Gracia de mujer, alegría sana.
Me gustaba ir a casa de mi tía Matilde. Yo que vivía antes en Santa Cruz de La Palma (la “Suidá”) cogía la guagua hasta Los Llanos de Aridane, al otro lado de la Isla, y sin más, sobre todo en tiempos veraniegos, me alojaba en su casa llanense, no sólo por su arte culinario sino por la inmensa alegría con que impregnaba mi espíritu.
Así es que el Príncipe Alberto es un postre que inventó Matilde. Todo el mundo sabe sus ingredientes: azúcar, huevos, chocolate fondant, avellanas, bizcochos de soletilla…; pero nadie (muchos han intentado imitarlo, y no lo han conseguido) se explica cómo le queda tan rico. Yo sí que lo sé. A base de ingredientes de humanidad. La dulzura de su persona más la dulzura del azúcar, la almendra de sus ojos llenos de vida con las almendras que se recogen en el Valle de Aridane. En resumen, ingredientes naturales, paciencia y amor como sólo una mujer que ha luchado con los elementos sabe hacer. Una mujer que se cansó de esperar en los viejos norayes del tiempo el regreso de su “Príncipe Azul”, se reencontró, pues, con un Príncipe Alberto, no de Mónaco, sino más sabroso. Y esta mujer con su simpatía y la de toda la familia nos lo brinda, lo comparte.
Ya está muy mayor y sufre el rigor de esas odiosas enfermedades seniles; pero no pierde la sonrisa. Ahora trabajan mis primas Yaya y Nieves Ángeles y aquellos nietecitos tan vivaces que conocí hace tiempo. La dedicación y la humanidad tienen buena recompensa.
El año pasado (2009) el Gobierno Canario le concedió la Medalla de Oro por su labor. Apenas pudo decir palabra en la Ceremonia de recogida del Galardón. Sólo “gracias” y se echó a llorar de la emoción.
http://matildearroyo.com/index.html
Contacto:
Repostería Matilde Arroyo.
Representante:
María de los Ángeles Arroyo Felipe
Dirección: C/Benigno Carballo, Nº 6.38760. Los Llanos de Aridane, La Palma, Islas Canarias, España.
Teléfono: 922 460 336
Email: matildearroyo@matildearroyo.com
Texto: Antonio Arroyo Silva
Diseño y edición: Óscar Alarcón García para abartraba
Ya está muy mayor y sufre el rigor de esas odiosas enfermedades seniles; pero no pierde la sonrisa. Ahora trabajan mis primas Yaya y Nieves Ángeles y aquellos nietecitos tan vivaces que conocí hace tiempo. La dedicación y la humanidad tienen buena recompensa.
El año pasado (2009) el Gobierno Canario le concedió la Medalla de Oro por su labor. Apenas pudo decir palabra en la Ceremonia de recogida del Galardón. Sólo “gracias” y se echó a llorar de la emoción.
http://matildearroyo.com/index.html
Contacto:
Repostería Matilde Arroyo.
Representante:
María de los Ángeles Arroyo Felipe
Dirección: C/Benigno Carballo, Nº 6.38760. Los Llanos de Aridane, La Palma, Islas Canarias, España.
Teléfono: 922 460 336
Email: matildearroyo@matildearroyo.com
Texto: Antonio Arroyo Silva
Diseño y edición: Óscar Alarcón García para abartraba