Lo lúdico en lo cotidiano
Discurso de ingreso a la Academia de las Artes de Arnaldo Coen
Nunca se aclara el misterio de cómo la realidad se transforma en un realidad aparte, o de cómo, a la inversa, una realidad aparte se transforma en la realidad.
Una propuesta del arte sugiere representar la realidad tal como la vemos en ese instante. Otra, lúdica, invita a jugar con elementos reales con objeto de transformarlos en otra realidad distinta de la pura representación de algo: busca su propia naturaleza, un conjunto de formas, sonidos o palabras que, en sus diferentes connotaciones, digan otra cosa: lo otro, lo que no se ve, ni se escucha, ni se toca. Esta última propuesta aparta al hombre de la verdad concertada, la que ordena, ajusta y arregla las partes de una cosa, para convertirlo en un rebelde: su actitud lúdica es una instancia de sabiduría.
Responde Beuys a una entrevista[1]: “El arte para mí, es la única fuerza evolutiva. Sólo por medio de la creatividad se pueden alterar o modificar las relaciones entre los hombres. Si todos fuéramos artistas, resultaría un mundo en el cual el espíritu viviría: no hay que tener miedo. Todas mis “acciones” son para ser entendidas visual y conceptualmente. Contienen en sus imágenes, aspectos de las cualidades humanas; por ejemplo, la fuerza de la autodeterminación, expresión principal de la creatividad.
Por otro lado, Beuys realiza una “acción” en una galería en N.Y. que titula “I like America and America likes me”[4] que se refiere a acciones rituales del pasado, como él dice. Toma una actitud de chamán, tanto en ésta como en otras acciones y entrevistas con la gente o la prensa”
Lo que sigue es una libre asociación en la que intercalo: la acción de Beuys mencionada anteriormente, una entrevista a Beuys en el “Corriere de la Sera” con una “velada”, como María Sabina llama a sus “curas”, en su pueblo, Huautla, en el estado de Oaxaca, fragmentos de sus cuentos traducidos del mazateco[5] (única lengua que ella hablaba) y algunas paráfrasis de Camilo José Cela[6], célebre escritor español contemporáneo, quien escribió un oratorio de María Sabina.
Beuys pasa tres días con un coyote, en el espacio de una galería en Nueva York. Dice: “Como motivo utilizo un venado que sale de la protección de su grupo y se encuentra en la soledad; el coyote es símbolo del campo de tensiones entre individualidad y sociedad. Si el venado representa al hombre euroasiático de las estepas, el coyote representa al hombre del oeste americano”.
La acción se inicia cuando Beuys se transporta en una ambulancia, envuelto en fieltro, del aeropuerto Kennedy a la galería; en un cuarto, separado por una malla metálica, lo espera un coyote.
María Sabina camina hacia su choza vestida con un huipil, bordado a mano con estilizadas representaciones de flores y animales, al lado hay un automóvil desvencijado que nunca volvió a salir del pueblo.
Beuys: “Es imposible una actitud artística sin una forma de conciencia de la naturaleza. Y la más directa es la forma de conciencia con la tierra sobre la cual caminamos”.
María Sabina: “Soy la mujer que sola nació,
Soy la mujer que brota
Soy la piedra que rueda por el monte[7]
Soy la mujer del crepúsculo”
Beuys: “El coyote representa la América precolombina la cual todavía conoció la convivencia armónica entre hombre y naturaleza. El hombre indígena pudo vivir así hasta ser colonizado”.
María Sabina: “Soy la mujer luna,
Soy la mujer que vuela
Soy la mujer aerolito
Soy la mujer constelación huarache, porque vengo recorriendo los lugares desde su origen.
Soy un silbido agudo que cruza de país en país”
Beuys: “Creo descender desde luego del romanticismo alemán, pero la línea del romanticismo alemán históricamente ha sido interrumpida por el positivismo; la burguesía y el capitalismo se han posesionado de la ciencia, han realizado la revolución industrial y han codificado así su supremacía.”
Durante la acción, Beuys está envuelto en un fieltro, de la envoltura sólo sale un bastón de madera; la forma recuerda un reno. Beuys habla con el coyote e intenta establecer una comunicación, viven juntos en la jaula, en una aparente paz (hombre y coyote). De vez en cuando hace un ruido con un triángulo que cuelga de su cuello. Ruido de turbinas de una grabación disturban la atmósfera y ponen en juego engañosos cambios sutiles.
María Sabina hincada en el piso de tierra, de espaldas al público (sus sesionantes), frente a un altar lleno de velas encendidas y rodeada de perros, guajolotes y gallinas, dentro de la habitación construida de adobe; habla a manera de rezos, de cánticos, silbando y dando palmadas en el aire, dirigiéndose aparentemente al vacío. Pasa un avión por las alturas y se escucha un fonógrafo a lo lejos.
Beuys: “No estoy contra la ciencia, sino con la distinción entre arte y ciencia. He escrito una partitura en la que afirmo que arte es igual a hombre que es igual a creatividad que es igual a ciencia. El día en que los artistas, y con ése término entiendo todos los hombres creadores, se den cuenta de la fuerza revolucionaria del arte entendida precisamente como creatividad, comprenderán que arte y ciencia tienen los mismos objetivos. Por eso afirmo: la revolución somos nosotros”.
María Sabina: “Soy la mujer que mira hacia adentro
Soy la mujer que busca debajo del agua
Soy la nadadora sagrada
Porque puedo nadar en lo grandioso.
Soy la mujer sabia en el lenguaje
porque soy la mujer sabia en medicina.
Soy la medicina enraizada por la paciencia”.
Beuys: “Y por eso en todas mis acciones trato de que el hombre tome conciencia de todas sus posibilidades creativas, las únicas que pueden dar libertad. Trato de vincularlo abajo, con la tierra, la naturaleza, los animales que tienen un lugar importante en mis acciones, y hacia lo alto, con los espíritus”.
María Sabina: “Soy un pez enamorado de una golondrina
Soy un viejo cocodrilo,
Soy la avispa silvestre
Soy el aguijón de una avispa
Soy la mujer piedra del sol
Soy la mujer luz del día
Soy la mujer del cielo
Soy un gusano con cien alas”.
50 ejemplares del Wall Street Journal, el periódico americano principal de economía tirados en el piso. Ésto completa el “environment”.
María Sabina: “Soy el torbellino de periódicos usados que empuja el viento en las
Esquinas de la ciudad que da al norte
Soy un papel escrito
Soy la basura que no alimenta gatos sin dueño, gatos sin cobijo, gatos sin esperanza
Soy un lápiz muy afilado”
El coyote se orina sobre los periódicos en la galería.
María Sabina: “Soy un chorro de jarabe
Soy el esputo de un muerto de muerte natural
Soy la carne que cruje y la carne silenciosa
Soy la rata atropellada por el tren que conduce a los seminaristas de un lado a otro, sin rumbo”
Beuys: “Cristo, no es el Cristo del que se han apoderado las iglesias; es después de Platón una figura de gran importancia. Ha ofrecido a los hombres la libertad, y como fuerza revolucionaria, el cristianismo se ha servido de la ciencia. Por esto hice una obra que sobre la imagen de Cristo escribí: “EL INVENTOR DE LA MÁQUINA DE VAPOR”.
María Sabina: “Es Jesucristo, es Jesucristo, es Jesucristo
Porque no sólo “Eso” vivimos
Con “Eso” nos iluminamos
“Eso” que estamos levantando
Hombre de lucha
Hombre de virtud
Hombre que truena
Hombre dinero
Hombre pájaro
¡Dame
El camino de tus huellas, el camino del rocío”!
Beuys: “No me interesa un tipo de arte que sólo sea información. En mi trabajo los objetos, los diseños son elementos de segundo plano. El tiempo que vivimos no está adaptado al hombre, y el fin de mi obra es precisamente la liberación del hombre de esta esclavitud. La única cosa que deseo es el coloquio con la gente: el arte me interesa sólo en la medida en que me da la posibilidad de comunicar, de estimular”.
María Sabina: “Soy el aguardiente que engaña al hombre
Soy la mujer que hace girar
Soy la mujer pura
Soy la mujer espíritu
Porque puedo entrar y salir en el reino de la muerte”.
Beuys: “No creo que mis obras, ni cualquier obra de arte, pierdan su valor si se comercializan, su contenido sigue intacto. En todo caso, como ya he dicho, lo que me importa es el coloquio, y por lo tanto en primer plano la actitud frente a la academia; los objetos no cuentan mucho”.
María Sabina: “Soy la mujer que chifla
Soy la mujer tamborista
Soy la mujer trompetista
Soy la mujer que alegra
porque soy la payasa sagrada
Soy una mujer asquerosa; pero sé luchar contra la muerte y contra las hierbas que crían al veneno”.
Beuys: “Ciertamente, con mi acción artística pienso también hacer una acción política, pienso hacer mucho contra el sistema, y el estado se ha dado cuenta cuando ha tratado de expulsarme de la academia de Düsseldorf. Yo creo que el sistema no tiene ningún instrumento adecuado de lucha contra el deseo de libertad del hombre. Cuando el hombre decide estar en condiciones de autodeterminarse, el capitalismo se habrá acabado. Y yo enseño precisamente la autodeterminación”.
María Sabina: Soy una mujer sin memoria
Soy una mujer que no miente
Soy una mujer que come flores, peces vivos y saltamontes
Soy una mujer que pasa hambres
Soy una mujer que yace con el demonio
Soy la oruga de la manzana del paraíso”.
Beuys recuerda en esta acción, eso que hemos perdido; la relación natural con el mundo, la forma natural de comportarse ante la naturaleza, debe funcionar en la conciencia moderna para no mirar el tiempo y poder volver a las raíces y los arquetipos. Quizá por eso dice Beuys: “Mis acciones despiertan interés y curiosidad”.
María Sabina: “Porque soy el espíritu y la imagen
Está la serpiente
Está enrollada
Está viva
Soy la hierba húmeda en cuyos dominios hay tigres
Regresa espíritu perdido,
Silbaré para guiarte
Que contigo vengan
Trece venados
Trece águilas
Trece caballos blancos
A tu paso mueve trece montañas
Te llama el Payaso Grande
Te llama el Payaso Maestro
Soñaré las montañas”.
Hasta aquí Beuys y María Sabina; estos hermanos lejanos.
Es importante que el hombre sepa que su reino es infinitamente mayor de lo que sospecha, un reino que nadie puede robarle y que siempre aflora y se hace visible.
[1] Gotz Adriani, Winfried Konnertz, Karing Thomas, Joseph Beuys, Editorial Ed Dumont, Alemania, páginas 298 – 308
[2]Dorfles Gillo, Últimas Tendencias del Arte de Hoy. Traducción Fernando Gutiérrez, Editorial Labor, SA. páginas 204 – 207.
“Corriere de la Sera”, 1ro de abril de 1973
[3] Estrada Alvaro, Vida e María Sabina. La sabia de los hongos., Editorial Siglo XXI, México, páginas 55 y 56.
[4] "I Like America and America Likes Me" Acción de Joseph Beuys en la galería Rene Block del 23 al 25 de mayo de 1974.
[5] Vida de María Sabina, Edición libre de sus cantos.
[6] Camilo José Cela, “María Sabina. Edición libre de los cantos”, Editorial Alfaguara, Madrid Barcelona, Edición libre de los cantos
[7] Las líneas en itálicas son intervenciones de Camilo José Cela al texto de María Sabina.
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